sábado, 29 de julio de 2017

Día 30 de Julio. Domingo 17 del Tiempo Ordinario


LECTURAS

Primera Reyes 3, 5.7-12
Salmo responsorial 118
Romanos 8, 28-30
Mateo 13, 44-52
     Las parábolas del "tesoro escondido" y la "perla preciosa" son un toque de atención o una llamada a reflexionar  sobre el fundamento de nuestra  fe cristiana, con frecuencia no valorada, ya que habiendo  sido bautizados y vivido en ambiente  cultural cristiano, puede  que no pasemos de una fe sociológica, de tradición familiar o ambiental, faltándonos una fe  personalizada y existencial, una opción personal decidida por Jesucristo.
      La fe si es auténtica  produce alegría profunda y duradera porque implica la convicción de saberse querido por Dios desde siempre, y en consecuencia, lleva a confiar en quien  nos quiere de verdad: Dios. Cuando la fe es así, ocurre lo que nos dice el papa Francisco en le comienzo de su Exhortación Apostólica Evangelii gaudium: "La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de quien se encuentra con Jesucristo..."
      Ese "vender  todo lo que tiene", del que habla el evangelio de hoy, significa  dar prioridad a la persona de Jesucristo, haciendo que todos los  aspectos de la vida personal, familiar, social, política, económica,... sean valorados  y vividos desde la fe, es decir, desde los valores  que nos muestra Jesucristo, rostro visible de Dios.


LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: JESÚS, TESORO NUESTRO